Cuando fui a Sarapiquí tuve la oportunidad de conocer la planta de achiote y me llamó mucho la atención porque nunca me había puesto a pensar de donde sale ese condimento que tanto se utiliza en la comida costarricense.
Porque no sé ustedes pero no hay nada más feo que un picadillo o un arroz con pollo sin achiote, ese tinte natural le da vida a nuestros platillos, pero de dónde proviene eso es lo interesante. Para empezar se trata de un arbusto característico de las regiones intertropicales de América, su nombre científico es bixa orellana, se cultiva especialmente en México y Perú desde la época precolombina.
Mide entre 2 y 6 metros de altura, sus flores son rosadas y el fruto es una especie de cápsula roja de 2 a 6 cm de largo, con pelos gruesos espinosos, que al madurar pasa a tener un color rojo oscuro, estas cápsulas tienen en su interior semillas recubiertas de una sustancia viscosa de color rojo intenso.
Es de esas semillas que se obtiene el colorante natural rojizo que todos conocemos y que se utiliza como colorante y saborizante en muchos lugares de Latinoamérica y el Caribe, incluso hasta el Sudeste Asiático.
También cuenta con muchas propiedades medicinales para combatir enfermedades como: sarampión, viruela, afecciones estomacales, dolencias en los riñones, afecciones respiratorias, hipertensión, diarrea, conjuntivitis, malaria, asma, infecciones de la piel, dolor de cabeza, etc.
Como mencioné anteriormente de las semillas se obtiene un compuesto químico llamado bixina que es la materia prima utilizada para fabricar colorantes utilizados en la industria alimenticia.
El proceso empírico para la extracción de ese compuesto es el siguiente: primero se cocinan las semillas en agua caliente, luego se cuelan y se obtiene un concentrado del colorante, el cual se deja hervir hasta evaporar el agua y obtener una pasta que finalmente se mezcla con grasas vegetales o animales.
De esta manera cada vez que veamos el envase del achiote sabremos exactamente de dónde provino y cuál fue el proceso de elaboración de ese producto que muchas veces pasa desapercibido en nuestros hogares.
Porque no sé ustedes pero no hay nada más feo que un picadillo o un arroz con pollo sin achiote, ese tinte natural le da vida a nuestros platillos, pero de dónde proviene eso es lo interesante. Para empezar se trata de un arbusto característico de las regiones intertropicales de América, su nombre científico es bixa orellana, se cultiva especialmente en México y Perú desde la época precolombina.
Mide entre 2 y 6 metros de altura, sus flores son rosadas y el fruto es una especie de cápsula roja de 2 a 6 cm de largo, con pelos gruesos espinosos, que al madurar pasa a tener un color rojo oscuro, estas cápsulas tienen en su interior semillas recubiertas de una sustancia viscosa de color rojo intenso.
Es de esas semillas que se obtiene el colorante natural rojizo que todos conocemos y que se utiliza como colorante y saborizante en muchos lugares de Latinoamérica y el Caribe, incluso hasta el Sudeste Asiático.
También cuenta con muchas propiedades medicinales para combatir enfermedades como: sarampión, viruela, afecciones estomacales, dolencias en los riñones, afecciones respiratorias, hipertensión, diarrea, conjuntivitis, malaria, asma, infecciones de la piel, dolor de cabeza, etc.
Como mencioné anteriormente de las semillas se obtiene un compuesto químico llamado bixina que es la materia prima utilizada para fabricar colorantes utilizados en la industria alimenticia.
El proceso empírico para la extracción de ese compuesto es el siguiente: primero se cocinan las semillas en agua caliente, luego se cuelan y se obtiene un concentrado del colorante, el cual se deja hervir hasta evaporar el agua y obtener una pasta que finalmente se mezcla con grasas vegetales o animales.
De esta manera cada vez que veamos el envase del achiote sabremos exactamente de dónde provino y cuál fue el proceso de elaboración de ese producto que muchas veces pasa desapercibido en nuestros hogares.
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