El viernes pasado iba en el bus y cuando pasé por la Asamblea Legislativa no podía creerlo, caminando por la verja del frente del parqueo iba una ardillita en pleno centro de San José, increíble.
Me alegró saber que todavía podemos disfrutar de un poco de naturaleza en la ciudad, y es que cerca de ahí hay algunos árboles e imagino que es ahí donde tiene su casa esta pequeña.
Además muy cerca de ahí está el Parque Nacional uno de los pocos parques rodeados de árboles que nos quedan. Porque no sé si será verdad o mentira, hay una tendencia a talar cuanto árbol se encuentra en nuestras zonas urbanas argumentando que están enfermos o que son peligrosos para las personas.
Yo soy de Tres Ríos y en estos días el parque central está cerrado por remodelación, espero realmente que dejen algo de la poca vegetación que tenía y no como dejaron hace algunos años la Plaza Mayor de Cartago.
En países como Francia se les da gran importancia a los parques urbanos porque estos ayudan a la gente a tener espacios de recreación y deporte, en especial en esta época que vivimos de tanto estrés e inseguridad.
Lo único que me queda es pedirle a las autoridades que nos permitan seguir disfrutando de estos pequeños pulmones capitalinos y que siembren especies propias de nuestra tierra, en mi caso particular me encantan los árboles que tienen flores como el corteza amarillo o el roble de sabana porque llenan de alegría y belleza el paisaje.
No dejemos sin hogar y alimento a tantas especies de animales que necesitan de esta vegetación para sobrevivir, como la amiguita que tuve el placer de ver en días pasados.
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